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Cómo arruinar una investigación en 15 minutos

 

El título de este artículo es desde luego una contradicción per se. ¿Quién, siendo un profesional de la seguridad pública o privada querría arruinar una investigación? Desde luego que nadie, de mayor interés sería un título que fuera algo así como: “Cómo resolver una investigación en 15 minutos”, algo que sería fenomenal…si existiera. Los que andamos ya desde hace algunos años en el medio sabemos que las buenas investigaciones consumen tiempo, por lo que el título de este artículo merece una explicación.

En mi experiencia como prestador de servicios de investigación para la compañía de investigaciones privadas más antigua de los Estados Unidos, y tal vez del mundo, tuve la suerte de atender muchos clientes en el sector privado en varias ciudades de México.

En muchas ocasiones me tocó la experiencia de dar continuidad a alguna investigación ya iniciada por personal de seguridad interna de la empresa que contrataba el servicio de investigación. La historia era casi siempre la misma: Ocurría un evento, una irregularidad, un desvío, una violación al código de ética y como el área de seguridad es la indicada, casi siempre se le solicitaba, mejor dicho, se le demandaba hacer algo, darle solución, como si el evento hubiera sido culpa del área de seguridad.

En tales circunstancias el responsable de seguridad, ya fuera Director, Gerente, Coordinador, Jefe, o en quien recayera la responsabilidad de atender la seguridad interna iniciaba, muchas veces sin ser experto y por obligación, la investigación.

Con la presión de la organización en su espalda y con la capacitación que dan los años de ver películas y programas de televisión, estos colegas hacían su mejor esfuerzo por resolver la investigación.

Muchas veces tuve que enderezar, o reparar por decirlo de alguna forma, una investigación arruinada o muy mal hecha. Por otra parte, me encantaba llegar a una empresa a dar mis servicios y que me presentaran los hechos y al preguntarles “¿Y qué es lo que han hecho hasta hoy?” Me contestaran: “Nada, estábamos esperando que usted llegara”…Eso era música para mis oídos.

Es justo decir que muchas veces la investigación que habían iniciado los clientes, no estaba mal hecha, sino que en ocasiones habían llegado a un callejón sin salida, a un punto muerto y no sabían cómo continuar, era entonces que nos buscaban.

Desde luego capacitar en investigaciones en esos momentos no era una opción, mi trabajo consistía en realizar una investigación y nada más, sin embargo, con el tiempo me di cuenta que era más fácil capacitar no tanto en investigaciones, sino en evitar errores en una investigación, por el simple hecho de que es más rápido. Desde entonces traté de ir recopilando errores comunes que cometieron algunos colegas en el afán de terminar y además terminar pronto, con una investigación que la mayoría de las veces no querían hacer y nos los culpo, pues ¿Quién quiere hacer algo para lo que no ha sido preparado y quien además no cuenta con las herramientas necesarias para llevarlas a cabo exitosamente? Nadie.

A continuación, voy a mencionar algunas de las fallas o errores que se cometen algunas ocasiones al abordar una investigación corporativa.

Actitud.
Un error común es la mala actitud con la que se inicia una investigación. Como lo mencioné anteriormente, algunas ocasiones la actitud del investigador al verla como un problema al iniciar una investigación. Alguien que no quiere hacer una investigación, no la va a hacer bien, es igual a cualquier trabajo, ¡Te tiene que gustar lo que haces!

Hacer Careos.
Otra de las situaciones que me tocó ver muchas veces, era lo siguiente, ante una acusación o señalamiento por parte de una persona hacia otra, el responsable de la investigación lo que hacía sencillamente era realizar un careo, es decir, llevar a cabo una confrontación directa entre denunciante y denunciado o sospechoso y ver quién se mostraba más “seguro”. Desde luego esto regularmente no pasaba de: “Fuiste tú”, “yo no fui”, “fuiste tú”, “yo no fui” y así el resto del día. Esto no solucionaba nada, pero el investigador terminaba el caso con un: “Como no se pueden poner de acuerdo, vuelvan a su trabajo los dos”.

Interrogar al grupo.
Con la intención de encontrar una solución rápida, algunos investigadores recurrían a reunir a todo el personal de un área (cuatro, seis, quince personas) en una oficina o una sala de juntas y ahí le hablaban al grupo y les pedían al que, el que hubiera sido el culpable, mostrara su valor civil y confesara el hecho. En todas las ocasiones que tuve la experiencia de presenciar eso, nunca me tocó que el responsable admitiera en el grupo que él era el culpable. Esto se convertía en un callejón sin salida.

Blofear.
Otro error que me tocó ver, fue el hecho de esparcir rumores en el sentido de que ya se sabía que el responsable era de tal área o de tal turno, o que ya tenían sus huellas digitales o que alguien ya lo había delatado o que ya lo tenían identificado con el sistema de CCTV, cuando nada de esto era cierto. Esto sólo le daba seguridad al perpetrador, cuando éste sabía que no había huellas o que no había testigos.

Tomar las cosas personales.
Un error muy común lo es también tomar las cosas personales. Debo admitir que yo llegué a cometer este error, al principio de mi carrera. Me molestaba mucho el cinismo de algunas personas que sabiendo que eran culpables se burlaban o se mostraban desafiantes durante las entrevistas de investigación. Tomar las cosas personales es un error, pues un investigador debe, sobre todo, ser objetivo y dedicar sus esfuerzos a resolver los asuntos en favor de la organización; cuando se hacen en favor del ego, se pueden cometer errores.

Mala asignación de la investigación.
Muchas veces la responsabilidad de llevar a cabo una investigación exitosa no depende del investigador asignado sino de quien la asigna. Antes de asignar una investigación, el jefe o persona de responsabilidad debería preguntarse: ¿Esta persona tiene tiempo suficiente, tiene la autoridad, tiene las herramientas, tiene la capacitación, tiene la actitud para llevar a cabo esta investigación? En mi experiencia me tocó ver que la asignación de la investigación, muchas veces se la daban a un supervisor de seguridad, a un jefe de turno o incluso a un guardia, que además de sus funciones tenía que hacerse cargo de la investigación. La falla en la asignación de la investigación ocasiona que una investigación se arruine y esto punto no requiere de mucha explicación.

Mala conducción de entrevistas e interrogatorios.
Una falla común es no conocer la diferencia entre una y otra y aplicarlas indistintamente. Por otra parte, un error que también sucede con frecuencia al hacer una entrevista o entrevista de investigación, aplicada por alguien poco preparado, es el hecho de insultar al entrevistado y/o gritar, elevar la voz y aún proferir amenazas. Varias veces escuché de personas que llevaron a cabo una investigación arruinada, los escuché decirme: “Ya les grité, los insulté y los amenacé ¡y no quieren hablar!”. Esto desde luego va en contra de la dignidad de las personas y cualquier investigador experto, les podrá decir que eso no es necesario, y la mayoría de las veces, es contraproducente.

El camino para convertirse en un buen investigador es largo y lleno de dificultades, pero existe. Un buen inicio para recorrer ese camino puede ser, evitar caer en errores que por inexperiencia llegan a cometerse. Esto es fácil de evitar, cuando ya sabemos lo que no se debe de hacer.

Este artículo es sólo una muestra y la intención es que, sin ser una guía de vida, sirva para evitar caer en la tentación de imitar personajes de ficción y por el contrario, empezar a tomar en serio una carrera en la seguridad privada, que puede llegar a ser algo que nos de muchas de satisfacciones.

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Jesus Cristerna, CPP, PCI

Licenciado en Criminología por la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. Fue Agente de la Policía Judicial Federal. Agente de la Policía Judicial del Estado de Nuevo León, México. Subdirector de la Academia Estatal de Policía del Estado de Nuevo León. Fue presidente de ASIS Capítulo 239 México Norte. Poligrafista desde 1992. Miembro fundador de la AIPP. Certified Protection Professional y Professional Certified Investigator por ASIS Internacional. Maestro en la Carrera de Licenciatura en Criminología de la Universidad Autónoma de Nuevo León.

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