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El concepto de seguridad, tal como lo conocemos actualmente, es producto de una evolución que ha venido de la mano de la globalización. Antes de que se desarrollara el concepto de seguridad multidimensional, contenido en la Declaración de Seguridad Hemisférica aprobada por los países miembros de la Organización de Estados Americanos, tanto en la cumbre sostenida en Bridgetown de 2002, como su desarrollo en la Conferencia Especial de Seguridad, celebrada en México en el año 2003, se manejaba el concepto de seguridad heredado de los tratados de Paz de Westfalia de 1648 , y que estaba más relacionado en la protección y estrategias del Estado en la defensa de sus fronteras contra amenazas externas. Es por ello por lo que, la perspectiva de seguridad manejada por siglos estaba relacionada con la defensa de la seguridad y la personalidad jurídica del Estado

Sin embargo, a medida que la humanidad avanzó, el concepto de seguridad y las amenazas que se enfrentaban ya eran externas, sino que surgían dentro de las fronteras de los Estados. Estaban más relacionadas con comportamientos delictivos generadas por ciudadanos o grupos organizados. Es así como se definen estas amenazas, como no tradicionales, y entre las que se perfilan: el terrorismo, la delincuencia organizada, el tráfico de drogas ilícitas, el tráfico ilícito de armas, la corrupción, el lavado de activos, así como la ciberseguridad.

El multilateralismo, trabajó en concientizar a los países en analizar las amenazas que estaban enfrentando los países, para darle esa perspectiva multidimensional. El interés de los organismos internacionales es hacer que las sociedades avancen en bienestar hacia sus ciudadanos, así como en mantener un estado de paz generalizada. Las nuevas amenazas son un obstáculo para el avance de nuestras sociedades, por tanto, esa perspectiva humana, es indispensable a la hora de plantearnos políticas públicas en seguridad. Es esencial que las mismas giren en torno al individuo y no al revés. Por ejemplo, en el caso de una política pública en materia de drogas, debe incluirse no solo el combate al tráfico de drogas, sino que además hay que incorporar la atención al individuo mediante un protocolo de salud enfocado a contrarrestar su adicción, tal es el caso de los tribunales de tratamiento de drogas.

En cuanto a seguridad pública, también es importante priorizar en programas de prevención y resocialización del individuo, por ejemplo, trabajar con juventudes en riesgo o en caso de que hayan delinquido, trabajar en los correccionales para lograr su inserción en la sociedad a su salida y darle seguimiento y apoyo, luego de su salida del correccional para lograr esa resocialización. Es decir, en materia de seguridad no es importante únicamente el combate, es necesaria la sensibilización, prevención y la resocialización. De esta manera, no solo estamos abordando la seguridad desde una perspectiva colectiva, sino también individual.

La perspectiva de derechos humanos, de género, de inclusión y especial atención a personas en situación de vulnerabilidad, son vitales en las políticas públicas de seguridad. La multidimensionalidad se refiere justo a eso, a los diferentes aspectos de las amenazas, pero también a la perspectiva con la que deben ser atendidos.

América sigue siendo la región más desigual del mundo y aporta a las estadísticas las tasas de homicidio intencional más altas del mundo. Eso nos demuestra que hay mucho por hacer, y que esa desigualdad se está manifestando a través de la inseguridad. Los crecientes flujos de movilidad humana a nivel mundial están basados en la inseguridad que las personas enfrentan en sus ciudades de origen. Los Estados tienen la obligación de brindar a sus ciudadanos una seguridad, librarlos de esas amenazas no tradicionales, que hace más de 20 años identificaron los países de las Américas en la Declaración de Seguridad Hemisférica. Los componentes fundamentales: sensibilización, prevención, combate, judicialización y resocialización del individuo. Brindando una seguridad colectiva, traeremos al ciudadano esa seguridad individual necesaria para generar el tan ansiado desarrollo de la región.